El Nacimiento de la Conviccion

Convertirse en un líder significa convertirse en su propia persona. Significa descubrir que sus creencias aunque no son infalibles, no son descartables tampoco. Significa aprender a pensar por ti mismo, porque sabes que al final del día, usted será responsable por el resultado de su decisión. Antes de que maduramos, tendemos a unir nuestras creencias a los demás. Creemos que deberíamos pensar de una  manera porque así es como se nos dice que piensan los latinos, o los cristianos, o los de nuestra familia. En algunos casos, unimos nuestras creencias a una o dos personas que amamos o admiramos, como nuestros padres o pastores. En nuestra inmadurez, nos abstenemos de hacer preguntas o evaluar motivos- si lo dicen, debe ser lo que creemos también. Pero una vez que usted se convierte en responsable de algo, sus propios instintos deben hacerle saber que eso no es suficiente. De repente, "porque tal y tal dijo” no es una respuesta adecuada para su conciencia, y no lo debería ser. Ahí es donde nace la convicción.  La convicción que a veces se opone a la de sus héroes. Y a veces  da miedo. Cuando comencé en mi liderazgo pensé que iba a hacer todo lo que mi madre y mi padre hacían, tal como ellos lo hacían. Para mi, ellos fueron mis modelos a imitar, y  sabían lo que estaban haciendo. En todos sus años de experiencia,  habían construido algo robusto, con una cultura establecida y creencias firmes. Y no quiero quitar de lo que ellos hicieron con lo que estoy escribiendo. Sólo que cuando empecé a crecer, comencé a descubrir las partes de lo que mamá y papá habían establecido que formaron mis convicciones, y las que eran simplemente parte de mis tradiciones. Tuve que empezar a enseñarme a mí misma que, al final, tenía que aprender quién era yo como un líder. Cuales eran las cosas que eran importante para mi? Cuales son las partes del legado de mis padres que yo tenía que continuar, y cuáles eran partes que quizás Dios me llamó para cambiar. Tuve que aprender a no dejar que la gente cambiara mi mente porque  parecían tener ideas más “establecidos”. Aunque que no siempre es malo cambiar de opinión, no es bueno dejar que tu mente siempre sea cambiado por lo que dicen los demás. A veces se tiene que tomar decisiones impopulares, porque simplemente son las mejores decisiones que tomar. Al escribir esto, de ninguna manera deseo dar a entender que nos rebelamos contra los establecimientos de nuestros líderes. Aquí, estoy hablando de las cosas que nosotros dirijimos. Le estoy hablando a los líderes jóvenes que se encuentran constantemente preguntando "debería de ir en esta direccion o la otra?" Llámenlo su instinto, sus convicciones o el Espíritu Santo, pero sigue la voz que oyes dentro de ti.  Esto no quiere decir que una advertencia sabia o un buen consejo no debe ser escuchado. Solo quiero animarles a que encuentren la manera de seguir sus convicciones, y creer con pasión en todo lo que hacen. Creo que aprender a hacer esto no sólo nos hará mejores líderes, pero mejores  personas. Nos impediría guardar silencio acerca de las leyes o sistemas que conocemos debe cambiar. Porque si tenemos la oportunidad de cambiar la injusticia, es nuestro deber hacerlo.  Mi consejo para esta generacion es esta: no temas a las convicciones. A veces será incómodo y a veces tendrás dudas. Pero el dolor que se siente es el nacimiento de un liderazgo real.  Dentro de veinte años, serás reconocido por algunos de estas convicciones, y algunos de ellos habrán cambiado, pero usted habrá aprendido a ser alguien que se resiste simplemente seguir los caminos de los demás. Va a ser alguien que allana el camino: un líder.

 

Vanessa Gracia1 Comment