Ganandose el Liderazgo

        El primer y más grande desafío al que me he enfrentado como líder joven ha sido ganarme mi liderazgo. Es importante aprender desde el principio que la gente no te seguirá porque alguien que vino antes que usted le puso en una posición de liderazgo; no te seguirán porque tengas grados de lujo o un currículo de alto perfil. Si trata de forzarlos, se resistirán. A nadie le gusta un mocoso de veintipico años de edad tratando de tomar el toro por los cuernos, cambiando todo a su alrededor. El liderazgo es influencia. Es la capacidad de influenciar a un grupo de personas a moverse en la misma dirección, para cumplir la meta del equipo o de la organización. Especialmente cuando se es un líder joven, no importa el poder que crea que tenga, tiene que ser capaz de influenciar a las personas con el fin de obtener algo, y esta influencia tiene que ganarse. Lleva tiempo y  un esfuerzo hacer que su voz sea una que la gente quiera escuchar. En un intento de acortar las esquinas, he visto a muchos  líderes intentando forzar la voluntad de las personas que lideran. Si toma ese rumbo, usted puede ser capaz de conseguir que hagan lo que quiera hoy, pero nunca verdaderamente estarán con usted. Nunca le verán como su líder. Será considerado como el hijo de, el asistente de, el reemplazo de... el líder. Pero nunca como el líder genuino.

           Cuando me convertí por primera vez en una ejecutiva de Segadores, aprendí rápidamente lo poco que hace la posición por usted en el liderazgo. En un corto periodo de tiempo, pasé de ser el asistente de mi padre (un trabajo a tiempo parcial mientras hacía mi maestría en administración) a estar a cargo del equipo principal de líderes, todos los cuales están entre los cuarenta y los cincuenta. Tenía todo lo que necesitaba: una maestría, años de experiencia en la iglesia, y un padre (el pastor) que me había colocado ahí y había “sugerido fuertemente” que todo el mundo me respetara. Pero no pude conseguir que escucharan ninguna palabra de lo que dije. Todas mis ideas fueron rechazadas. Era interrumpido casi todas las veces que empezaba a hablar. Tenía una posición, pero no había ganado ninguna influencia. En su defensa, vamos a verlo desde su perspectiva: habían trabajado años para llegar a donde estaban y esta chica llegaba para intentar decirles lo que tenían que hacer. Tuve que ganarme el respaldo que finalmente me dieron. Hoy ese equipo de líderes es mi activo más fuerte. Cuando tengo una nueva idea para poner en práctica, no dudo en llevarla a ellos y sé que me van a respaldar, defender y seguir incluso en momentos en los que no están de acuerdo porque han aprendido a confiar en mí.  Aquí hay algunas cosas que hacer y que no hacer sobre ganarse su lugar dentro de una organización o equipo:

HACER: Obtener algunas victorias

Si quiere que el equipo escuche sus ideas, necesitará mostrarles que sus ideas realmente funcionan. Necesita obtener algunas victorias, preferiblemente unas que les beneficie a ellos, no solo a usted. Haga algo para hacer sus vidas más fáciles, sírvales. Haga un plan y llévelo a cabo. El problema con los líderes jóvenes es que parece como si no tuvieran experiencia o no hubieran trabajado un día en sus vidas, así que ponga algunas muescas en su cinturón (aviso: puede que tenga que obtener sus primeras victorias por su cuenta, pero finalmente todo el mundo quiere estar en el equipo ganador – van a entrar en razón).

NO HACER: Ser un "sabelotodo"

La gente aprecia a un líder (y a una persona en general) que puede admitir cuando está equivocado. La gente no soporta a una persona que lanza sus grados o el número de años en un campo solamente para salirse con la suya. Sea humilde y flexible, si su idea es buena finalmente se mantendrá por sí misma, si no lo es, no se preocupe mucho sobre ello. La gente le respetará más por ser un jugador de equipo que tiene la idea de otra persona en cuenta que por tener siempre la razón.

HACER: Conecte con su equipo.

Su equipo no es un océano. No son una gran masa o cuerpo. Son individuos, y si las trata como tal, encontrarán más fácil respetarle. Si no lo hace, les resultará más fácil dejarle fuera. Si no los conoce, ¿cómo puede saber qué es lo mejor para ellos? Encuentre maneras de conectar con la gente uno a uno. Conozca sus nombres, pregúnteles sobre sus familias, envíeles una carta de cumpleaños. Se dará cuenta de que sabiendo cómo relacionarse con ellos también le ayudará a saber cómo enfocar la educación de ideas y estrategias.

NO HACER: Berrinches.

No quiere que su equipo le deje fuera como un malcriado, niño mocoso ¿no? Por supuesto que no, así que no actúe como uno. No hay necesidad de salir gritando o como una tromba de las habitaciones. Los líderes de la vieja escuela pueden haber pensado alguna vez que cosas como esas son una muestra de autoridad, pero realmente le hacen parecer inmaduro e incapaz de controlarse. Haga lo que pueda para mantener la cabeza fría. Si se produce una pelea, escoja posponerla a un momento en el que se haya enfriado, o use la lógica y la razón para mostrar por qué tiene razón, no su temperamento. Haga lo que haga – no cuente chismes. Nada muestra más la inmadurez que un líder joven corriendo hacia sus jefes para ser rescatado. Es mejor aceptar la derrota en un determinado asunto pero mantenerse calmado, maduro y consistente. Finalmente, eso le hará ganar admiración.

Vanessa GraciaComment